Ven a Oslo para rendir homenaje a Edvard Munch y Henrik Ibsen, los dos hijos más famosos de la ciudad, por supuesto. Pero no te vayas sin descubrir también algo de su vida cultural contemporánea. Explore uno de sus muchos museos, conozca su floreciente escena de arte contemporáneo en una de sus galerías comerciales o simplemente admire el trabajo de sus arquitectos. También puede caminar por los vecindarios que ya pueden ser familiares a través de las obras de Karl Ove Knausgård, cuya serie de novelas autobiográficas Min Kamp se desarrolla aquí, junto con las calles de los escritores de crimen noruego noir Jo Nesbø y Anne Holt.

El horizonte de Oslo podría estar abarrotado de grúas, pero esta metrópolis urbana en rápido crecimiento es también una de las ciudades más abrumadoramente verdes del mundo. Se ha ganado el honor de ser nombrada Capital Verde Europea para 2019, a través de una de las huellas de carbono más bajas del mundo, transporte público excelente y bien patrocinado, planificación de la ciudad que prioriza a los peatones y un compromiso real con la producción de alimentos sostenibles y ecológicos. espacio. La ciudad ha sido bendecida con una gran cantidad de parques bucólicos, y las vías fluviales e islas de Oslofjord están a solo minutos del centro, al igual que las pistas de esquí y los bosques de Nordmarka.

Una vez conocida sólo por los hot dogs y los altos precios, la escena culinaria de Oslo está disfrutando actualmente de un momento neo nórdico al sol, y se ha convertido en un destino culinario por derecho propio. Este delicioso cambio abarca todo, desde el restaurante más septentrional con tres estrellas Michelin en el mundo (Maaemo) hasta su merecida escena de café en el vecindario, hasta una fusión fabulosa (islandés-coreano es el boleto más popular de la ciudad) hasta la celebración de los favoritos tradicionales como pelar y comer camarones y, sí, incluso polse (hot dogs). La ciudad también tiene una inclinación por el sushi y la pizza, que ahora pueden competir en el escenario mundial.

¿Se ha convertido Oslo en el lugar de fiesta nocturno de Escandinavia? Pasee Møllegata un, bueno, miércoles y podría estar convencido de que es así. Ya sea que esté abriéndose camino a través de una lista de los últimos vinos naturales de Burgenland o Sicilia, poniendo sus manos en el aire con actuaciones de DJ locales como Lindstøm y Prins Thomas o una banda indie internacional, bebiendo una cerveza local en un juego de tejo o bebiendo cócteles hechos de abeto forrajeado o algas marinas del Ártico, notarás que, con un toque más sucio, salvaje y real que Copenhague o Estocolmo, esta es sin duda una ciudad que sabe cómo divertirse.
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